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Energía Beneficios de llevar a cabo una buena gestión energética
Beneficios de llevar a cabo una buena gestión energética

La gestión energética eficiente en la manufactura mexicana es crucial para reducir costos, cumplir normativas y mejorar la competitividad. Las energías renovables y la capacitación son claves en este proceso.

La gestión energética en las plantas de manufactura es un tema crucial en la actualidad, especialmente en un entorno como el mexicano, donde las empresas enfrentan múltiples desafíos para mantener y mejorar su productividad mientras gestionan de manera eficiente su consumo energético. Los retos son significativos, pero también lo son los beneficios que pueden derivarse de una correcta administración de la energía.

Las empresas manufactureras en México deben lidiar con regulaciones estrictas, altos costos de inversión en tecnologías renovables y limitaciones de infraestructura.

Según David Contreras Rodríguez, Vocero para Intersolar México y presidente del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Jalisco (CIMEJ), “la gestión energética dentro de la industria es algo bastante importante y además algo que va al alza en nuestro país con respecto a la calidad energética, a la eficiencia energética". Estas palabras subrayan la necesidad de adoptar prácticas eficientes para no solo cumplir con las normativas ambientales, sino también para reducir costos operativos.

Vea el video de la entrevista con David Contreras

Un desafío importante radica en la obsolescencia de los equipos que se utilizan en las industrias mexicanas. El uso de maquinaria antigua, que no ha sido actualizada o mantenida adecuadamente, resulta en un consumo energético ineficiente, lo que incrementa los costos y reduce la competitividad de las empresas.

Además, Contreras Rodríguez destaca que, en muchas ocasiones, “la práctica de arreglar las cosas de una forma muy somera” agrava el problema, conduciendo a pérdidas energéticas significativas.

Otra barrera importante es la falta de un monitoreo adecuado del consumo energético. Sin sistemas de monitoreo eficaces, las empresas no pueden identificar los desperdicios de energía ni ajustar sus operaciones para optimizar el consumo. Este problema se ve exacerbado por la falta de conocimiento sobre las normativas vigentes, lo que puede resultar en sanciones y pérdida de oportunidades para mejorar la eficiencia energética.

Beneficios la gestión correcta

A pesar de estos desafíos, los beneficios de implementar una gestión energética eficiente son numerosos. El monitoreo continuo y el análisis del consumo de energía permiten a las empresas no solo reducir costos, sino también identificar oportunidades para mejorar sus procesos productivos. La optimización de estos procesos, mediante el mantenimiento preventivo y la actualización de maquinaria a modelos más eficientes, es clave para mejorar la eficiencia energética en la industria.

Implementar sistemas de gestión de energía (SGE) como la norma ISO 50001 también juega un papel crucial en este contexto. Esta norma proporciona un marco para establecer los sistemas y procesos necesarios para mejorar el rendimiento energético, lo que a su vez puede ayudar a las empresas a cumplir con las normativas y a obtener certificaciones que respalden su compromiso con la sustentabilidad.

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En México, las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs) como la NOM-ENER-004-2014, que establece los requisitos de eficiencia energética para motores eléctricos, y la NOM-001-SEDE-2012, que regula las instalaciones eléctricas en condiciones generales, son esenciales para asegurar que las instalaciones cumplan con los estándares de seguridad y eficiencia energética.

Además, 70% de la energía consumida en la industria mexicana es energía térmica, mientras que solo el 30% corresponde a energía eléctrica, lo que resalta la necesidad de implementar soluciones energéticas que aborden estas demandas de
manera equilibrada y eficiente​.

Además, el uso de energías renovables, como la solar o la eólica, no solo reduce la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también puede generar ahorros significativos en los costos energéticos a largo plazo. Sin embargo, es importante que estas energías renovables se implementen después de que las empresas hayan optimizado su eficiencia energética. Como señala Contreras Rodríguez, “las energías renovables fungen como un elemento para reducir los costos energéticos, pero siempre y cuando vaya después de medidas de eficiencia energética dentro de las industrias".

Buenas prácticas

Para superar los desafíos mencionados, es esencial que las empresas adopten una serie de estrategias y buenas prácticas. Primero, la capacitación y concienciación del personal son fundamentales. Formar a los empleados sobre la importancia del ahorro energético y las prácticas que pueden llevar a cabo para contribuir a este objetivo es clave para el éxito a largo plazo.

En segundo lugar, las empresas deben invertir en tecnología moderna y en el mantenimiento adecuado de sus equipos. Esto no solo mejorará la eficiencia energética, sino que también reducirá el riesgo de fallos operativos que puedan interrumpir la producción.

Asimismo, las empresas deben estar al tanto de las normativas y regulaciones energéticas para evitar sanciones y aprovechar las oportunidades de mejora. La Ley de la Industria Eléctrica y las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs) son esenciales para asegurar que las instalaciones cumplan con los estándares de seguridad y eficiencia energética.

La gestión energética eficiente es un reto, pero también una oportunidad para las empresas manufactureras en México. Con la implementación adecuada de prácticas y tecnologías, es posible no solo cumplir con las normativas, sino también mejorar la competitividad y sostenibilidad de las operaciones.

Como explica Contreras, “la industria está transitando a esta gestión energética a través de esta profesionalización que la misma industria se autorregule o auto profesionalice para cuidar adecuadamente este tipo de sistema de energía”. Este enfoque, combinado con el uso estratégico de energías renovables, puede marcar la diferencia en la operación y éxito de las plantas de manufactura en el país.

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